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domingo, 1 de enero de 2023

Turno 4


 Capítulo III

Se desata el caos

 

Konger el Marcado, elegido del caos, bendecido y favorecido por los cuatro dioses, limpió con desdén el filo de su espada con el estandarte bretoniano. La masacre se había consumado, cuerpos de caballos y caballeros salpicaban el paisaje, regando el suelo sediento con la sangre fresca. 

- Khorne estará satisfecho, pensó con una media sonrisa. 

Tan solo había sido un leve esbozo de pensamiento cuando una voz siseó desde atrás con una profundidad abisal surgida de los eones del tiempo.

- No te olvides que ha sido Tzeentch el que ha oxidado sus armaduras y embotado sus armas..., dijo Thzar-Sarvas. Que parecía disfrutar como quien corrige a un niño.

Respiró el Marcado profundamente, cerró los ojos y poco a poco fue dándose la vuelta, disfrutando por el enfrentamiento que se avecinaba. No le gustaban los hechiceros, y menos los despreciables manipuladores de Tzeentch. Había llegado el momento de demostrar a los dioses quién merece el favor absoluto, había llegado el momento de retirar del tablero de juego al otro paladín del Caos y hacer suya la hueste de guerreros que seguían a Thzar-Sarvas.

Fijó su mirada en el rostro del adorador de Tzeentch, un velo rojo enturbió su visión, sentía como la furia iba creciendo en su interior como un volcán a punto de explotar, mientras su mano apretaba fuertemente la empuñadura de la espada, tanto que los nudillos se le pusieron blancos, y los músculos se tensaban como resortes a punto de saltar.

En su turbia visión previo al frenesí y la furia asesina, vió que el rival no lo estaba mirando, en su lugar tenía fijada la mirada en la lejana atalaya que se vislumbraba más arriba del sendero, entre los picos y formaciones rocosas. Tardó unos segundos en darse cuenta que su visión roja no era por la furia que lo amenazaba con hacerle perder la cordura, sino que era una neblina roja que ascendía manando de la sangre de los cadáveres, y que formando zarcillos, iba dirigiéndose hacia la parte más alta de la atalaya.

Thzar-Sarvas se giró hacia Konger, y con ojos dementes gritó: los dioses nos bendicen! los vientos de la magia soplan fuertes y desatados, siendo como el poder me invade! mientras juguetones rayos saltaban entre sus dedos con un poder tan magnífico, que hasta el Marcado percibió que el hechicero sería ahora un rival formidable...

TURNO 4

El Paso del Muerto se interna en la cordillera montañosa, pero en el angosto paso se alza La Atalaya que servía como fortificación avanzada para el control del sendero, siendo a la vez un punto de defensa y de vigilancia.

El control de esto enclave garantiza tener un dominio del Paso desde el extremo oriental hasta casi el acceso al Valle donde se encuentra Karak-Ocho-Picos, pero el estrecho desfiladero sigue siendo una trampa donde cualquier general se puede ver envuelto en un combate a vida o muerte cuando pensaban que ganaría La Atalaya sin encontrar oposición.

Localización: La Atalaya

 Limitaciones de ejércitos: además de las propias de campaña, el ejército de menor puntuación en la clasificación podrá elegir si ambos juegan con sus mejoras y desbloqueos o con las del rival.

Escenografíael campo de batalla debe representar la Atalaya en el Paso del Muerto, debiendo estar representada por un único edificio en el centro del campo de batalla y el resto de escenografía montañosa, con colinas, piedras y un único bosque como máximo. Si el escenario es el 6, la Atalaya se desplegará de manera habitual, si el escenario es 1, se desplegará una torre o en el centro de uno de los bordes cortos de la mesa.

Escenario: se lanza un dado, con un resultado de 1 o 2 se jugará el escenario 1 "Línea de batalla", con cualquier otro resultado será el escenario 6 "La Atalaya".

Regla especial: la cantidad de masacres realizadas ha desatado las fuerzas del caos. Al tirar los dados para determinar los Vientos de la Magia en cada turno de magia, se tirará uno adicional, descartando el de menor resultado. Adicionalmente, al ser la facción de el Caos la ganadora del turno anterior, si en una batalla hay una ejército de la facción del caos (o elfos oscuros),  y la tirada resultante es un doble, uno de los hechiceros habrá conseguido canalizar el dado de energía ese turno automáticamente.

¿Se desatará el caos de manera incontrolada o la Tormenta de Magia en ciernes será apaciguada?

  

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